Con las vacaciones, muchos inversores habrán seguido la actualidad económica con cuenta gotas. Por este motivo, publicamos el último informe de Degroof Petercam sobre la situación económica global. Para empezar el curso escolar con una visión global actualizada.

Los temores de recesión mundial se han calmado en los últimos tres meses y las repercusiones del Brexit siguen siendo limitadas, por lo menos hasta ahora. Sin embargo, la actividad económica mundial sigue siendo débil y los riesgos de revisión a la baja siguen siendo relevantes. La economía global sigue estancada en un círculo vicioso.

Los tipos de interés se aproximan a cero en el mundo occidental. Lo mismo sucede con el rendimiento real de los bonos a largo plazo. Al mismo tiempo, los indicadores de confianza sugieren que la actividad económica mundial sigue siendo frágil, después de la mediocre recuperación desde la Gran Recesión.

Si miramos más allá de los objetivos a corto plazo, creemos que es muy probable que entremos en un período prolongado de crecimiento relativamente lento (en combinación con tipos de interés cercanos o iguales a cero), con vientos desfavorables desde el punto de vista demográfico y con menos margen para la acumulación de deuda en el futuro. No obstante, los encargados de formular políticas monetarias y presupuestarias todavía no han gastado toda su munición y pueden seguir luchando para superar esta situación sumamente complicada. Una nota positiva es la creciente concienciación de la necesidad de políticas presupuestarias más expansivas. Esto debería traducirse en una mayor actividad económica y mayores inflaciones. Al mismo tiempo, se han hecho declaraciones imprecisas que parecen indicar que su aplicación propiamente dicha podría tardar un tiempo.

– Entretanto, a pesar de los mínimos históricos que registran los tipos de interés y el enorme incremento del tamaño de sus balances, la mayoría de bancos centrales siguen buscando desesperadamente generar más inflación.

– Incluso con el bajo nivel de precios de los productos básicos, los efectos de base provocarán el ascenso de la inflación general en el segundo semestre de 2016. Las presiones inflacionistas subyacentes parecen destinadas a permanecer más bien modestas de momento, con lo cual la política monetaria mundial se mantendrá relajada. A medio/largo plazo, las perspectivas para la inflación siguen rodeadas de una gran incertidumbre.

ESTADOS UNIDOS

Tras un comienzo de año muy débil, el crecimiento en el segundo trimestre volvió a decepcionar. Dicho esto, una vez corregido para los inventarios, el crecimiento del PIB subió por encima del 2% anualizado. El sector manufacturero sigue sufriendo con la subida del dólar y los problemas del sector energético. El sector servicios, por otra parte, se mantiene mejor en línea con un gasto de consumo en salud. El crecimiento general de la productividad sigue siendo muy decepcionante y las perspectivas de inversión siguen siendo modestas como consecuencia del crecimiento negativo de la rentabilidad y los índices relativamente bajos de capacidad de utilización. Este es un factor de riesgo clave para la economía estadounidense.

– Visto el crecimiento del gasto de consumo de los hogares en torno al 2% en términos interanuales y diversos factores, como el crecimiento de los ingresos disponibles, el sentimiento de los consumidores y el contexto del mercado de la vivienda y el trabajo relativamente favorables, todo parece indicar que el crecimiento del consumo debería aumentar.

– En los últimos 12 meses, el mercado laboral ha mostrado un comportamiento muy satisfactorio, con una creación de 204.000 puestos de trabajo. Los principales indicadores sugieren que los futuros incrementos de empleo serán ligeramente inferiores. En el ínterin, las peticiones iniciales de subsidios de desempleo, siguen registrando niveles muy bajos, lo cual indica que el mercado laboral funciona bien en general.

El incremento salarial desempeña un papel fundamental en relación con la futura evolución de la inflación y se va recuperando lentamente. Sin embargo, actualmente está en el 2,5 %, por debajo de la media de los últimos 30 años situada alrededor del 3 %.

– Efectos de base asociados a los precios energéticos, provocarán que la inflación general, actualmente situada en el 1,1 %, tienda a subir hacia finales de año, si bien no tanto debido a la reciente caída de los precios del petróleo. La inflación subyacente está creciendo (2,2 % para la inflación básica y 1,6 % para la inflación básica de PCE (que es más importante para la Reserva Federal)) y se ha ido estabilizando en los últimos 3 meses. No obstante, si miramos hacia el futuro, los principales indicadores muestran un panorama mixto donde la evolución de los costes laborales unitarios sugiere que la inflación subyacente debería seguir recuperándose (y acelerar el crecimiento de los salarios en combinación con el lento crecimiento de la productividad), mientras que las encuestas sobre precios señalan únicamente una presión de precios al alza muy modesta

– Con todo, la decepcionante cifra del PIB del 2T, da a entender que una subida de los tipos en verano está fuera de discusión. Los responsables políticos de Estados Unidos no tienen prisa por elevar los tipos de interés. Un crecimiento modesto en combinación con la inflación por debajo del objetivo significa que la Fed sigue adoptando una actitud expectante muy prudente, como es el caso desde hace varios años.

Las elecciones presidenciales de noviembre atraen mucha atención. Tal como están las cosas, según las encuestas electorales, Hillary Clinton lidera cómodamente la carrera hacia la Casa Blanca. Dicho esto, los expertos políticos aconsejan no prestar demasiada atención a los sondeos a estas alturas, teniendo en cuenta el típico “Convention bounce” [repunte en las encuestas tras la Convención] antes de las elecciones a finales de este año. Se espera que las encuestas de finales de mes den una imagen más clara, pero en principio deberían seguir dando una previsión de victoria demócrata.

ZONA EURO

Tras un sólido comienzo del año (con un crecimiento del PIB de 2,2% intertrimestral), el crecimiento económico de la Eurozona se moderó en el segundo trimestre (1,2% intertrimestral). Es alentador que la mayoría de los indicadores de confianza se mantengan, inmediatamente después del referéndum del Brexit. Esto sugiere que las repercusiones en la actividad económica de la Eurozona siguen siendo limitadas, al menos por el momento.

Esta recuperación todavía está lejos de ser espectacular. Es más, los indicadores de confianza no apuntan a una mayor aceleración del crecimiento y las dificultades estructurales siguen siendo fuertes.

– Además, las negociaciones comerciales entre el Reino Unido y la Unión Europea todavía no han empezado y según parece será un proceso complejo y prolongado ante la perspectiva de un complicado calendario político con las elecciones en los Países Bajos, Francia y Alemania en 2017.

– El sentimiento en el Reino Unido ha sufrido un duro golpe, llevando al Banco de Inglaterra a presentar más incentivos en forma de recorte de los tipos y más compras de activos. Pero sólo puede hacerlo si los tipos de interés están cerca de cero. Una política fiscal más expansiva tiene más posibilidades de contrarrestar el efecto del referéndum del Brexit en la actividad económica. Queda por ver si el gobierno del Reino Unido presenta un paquete de incentivos convincente a finales de este año.

La inflación subyacente (0,2% interanual en julio) se mantiene a la baja por la anterior caída brusca de los precios de la energía, pero los efectos de base aumentarán en la segunda mitad del año. Con la inflación subyacente en torno al 1% durante varios años, las medidas de precios subyacentes siguen siendo muy débiles, lo cual refleja la inactividad en el mercado laboral.

– Dada la persistencia de la gran brecha de producción negativa, se espera que las presiones de la inflación subyacente se mantengan muy débiles. Con todo, a pesar de las recientes medidas de flexibilización adoptadas en marzo, parece que el BCE sigue teniendo grandes dificultades para lograr que la inflación alcance su objetivo del 2% en un futuro próximo manteniendo la política monetaria en modo de relajación durante más tiempo.

– Debe quedar claro, sin embargo, que crece la oposición ante más relajación monetaria y que tampoco existe ninguna panacea en una situación de trampa monetaria. En efecto, una postura presupuestaria expansiva es probable que resulte más útil en este sentido. El BCE también ha estado apuntando en este sentido últimamente.

JAPÓN Y LOS EMERGENTES

– En Japón, a pesar de la atonía de la actividad económica, la apreciación del JPY y la caída de las cotizaciones bursátiles, el Banco de Japón (BdJ) se abstuvo básicamente de añadir incentivos en su reunión de finales de julio. Entretanto, el gobierno de Abe anunció un nuevo paquete de incentivos fiscales de 28,1 billones de yenes (alrededor del 5,6% del PIB). Dicho esto, sólo es una fracción de lo que constituye el gasto público (7,5 billones de yenes, de los cuales 4.600 JPY en 2016), de modo que todos los rumores sobre importantes incentivos fiscales son exageradas. No obstante, esto debería traducirse en unas cifras del PIB ligeramente superiores el próximo año.

– Al mismo tiempo, los indicadores sugieren que todavía es muy dudoso que la inflación aumente de forma significativa de cara al futuro de modo que probablemente el BdJ añadirá incentivos monetarios en un futuro próximo.

– En general, en los estados emergentes la ralentización experimentada a lo largo de los últimos años refleja diversos factores, incluyendo el efecto negativo de los precios más bajos de las materias primas, condiciones de financiación externa más rigurosas junto con la perspectiva de la primera subida de tipos en Estados Unidos, la situación de sobreendeudamiento del sector privado, el reajuste económico en China, los problemas estructurales, así como las dificultades relacionadas con factores geopolíticos. Además, se aprecian signos de desindustrialización prematura en diversos mercados emergentes importantes, que pueden ser preocupantes a medio/largo plazo.

– La actitud generalizada respecto de las economías de los mercados emergentes ha mejorado en los últimos meses frente al debilitamiento del dólar y la estabilización de los precios de las materias primas. Sin embargo, los mercados emergentes todavía no han superado todos los escollos. El complicado ejercicio de reajuste económico de China y las incertidumbres vinculadas a la política monetaria en EE. UU. fácilmente podrían poner de manifiesto nuevas debilidades de los mercados emergentes. Además, los recientes acontecimientos en Turquía nos recuerdan que los riesgos políticos son reales en algunos mercados emergentes. Y más recientemente, los precios de las materias primas están experimentando de nuevo una presión a la baja.

El temor a un aterrizaje forzoso en China ha disminuido en los últimos tres meses. La combinación de medidas monetarias, presupuestarias y de relajación en relación con el mercado inmobiliario, están impulsando una recuperación cíclica. Aunque actuamos con acierto, seguimos estando convencidos de que el panorama a medio/largo plazo para China sigue siendo extremadamente complejo.

– Además, no sería sorprendente que volvieran a emerger las dudas acerca de la sostenibilidad de la recuperación actual. Ciertamente, el contexto de cifras falsas de crecimiento, precios de la vivienda altos y rápida expansión continuada del crédito queda lejos de ser idóneo y dará lugar a inquietudes cada vez mayores acerca del estado de la economía China. ¿Cómo conciliarán los políticos chinos la ambición de un sólido crecimiento y la necesidad de un nuevo reajuste económico? La respuesta es que será prácticamente imposible. Por este motivo, a pesar de la calma de los últimos tiempos, probablemente las preocupaciones por China volverán a aparecer en un futuro no demasiado lejano.

– Desde una perspectiva de los mercados emergentes más amplia, la inflación permanece bajo control. No debemos olvidar que existen diferencias importantes entre países. Aunque la inflación en países como Brasil, Turquía o Rusia está situada en niveles incómodamente elevados, la inflación en otros países, como Corea, Filipinas, Polonia o Hungría se encuentra por debajo del objetivo. En resumen, la combinación de una actividad económica moderada, la estabilización de las divisas de los mercados emergentes y los precios de los productos básicos debería ayudar a controlar la inflación en los mercados emergentes.

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