El voto del Reino Unido a favor de salir de la Unión Europea (UE) -“brexit”- va a prolongar el periodo de tiempo que los tipos de interés estarán en niveles muy bajos, lo que está contribuyendo a crear sobrevaloraciones en los bonos públicos de algunos países.

Así se desprende del último informe trimestral del Banco de Pagos Internacionales (BPI), publicado hoy, en el que se analiza la situación de los mercados financieros.

“El voto del ‘brexit’ desencadenó una amplia revaloración del ritmo futuro de la política monetaria globalmente”, dice el BPI, cuya sede está en la ciudad suiza de Basilea.

Con un crecimiento frágil en la mayor parte de las economías avanzadas y una inflación baja, la incertidumbre adicional que ha creado el “brexit” ha provocado que los principales bancos centrales relajaran más sus políticas monetarias y que los tipos de interés vayan a estar muy bajos durante más tiempo.

La percepción de una expansión mayor de la política monetaria también ha presionado a la baja las rentabilidades de la renta fija, y la cantidad de bonos públicos que negociaron a rentabilidades negativas superó los 10 billones de dólares (unos 9 billones de euros) los días después del “brexit”, según el BPI.

Asimismo, los tipos de interés negativos también llegaron a la deuda corporativa con grado de inversión en las economías avanzadas.

A finales de agosto hasta el 30 % de la deuda corporativa de alta calidad de la zona del euro se negociaba a rentabilidades negativas.

En julio, Alemania colocó bonos a diez años en el mercado primario a un tipo de interés negativo (-0,05 %) por primera vez en la historia.

Las rentabilidades de los bonos públicos han caído a niveles históricamente bajos, incluso, a niveles negativos sin precedentes como es el caso de Japón y Alemania.

“En este contexto, algunos observadores se preguntan si los principales mercados de renta fija pueden estar sobrevalorados”, dice el BPI.

Una forma de poder medir esta sobrevaloración es comparar la rentabilidad de los bonos públicos y el crecimiento nominal del producto interior bruto (PIB).

Durante los últimos 65 años, las rentabilidades de los bonos a diez años han seguido muy bien las tendencias del crecimiento nominal del PIB en EEUU, Alemania, Japón y el Reino Unido.

Pero desde hace tiempo, la rentabilidad nominal de los bonos se ha situado muy por debajo del crecimiento nominal del PIB en estos cuatro países.

Sin embargo, en otros mercados como los de acciones se ha producido un nuevo entusiasmo.

El jefe del departamento monetario y económico del BPI, Claudio Borio, dijo al presentar el informe que “la reciente recuperación ha despertado reacciones diversas: más garrote que zanahoria, más empuje que repliegue, más frustración que alegría”.

“Esto nos lleva a preguntarnos si los precios del mercado realmente reflejan los riesgos futuros. En los últimos días, parece que se han intensificado las dudas sobre las valoraciones, que sólo el tiempo podrá resolver”, comentó Borio.

En general, los mercados se recuperaron con rapidez del sobresalto que supuso el resultado del referéndum a favor de la salida del Reino Unido de la UE.

El BPI destaca que “los bancos centrales han tenido un efecto tranquilizador y han relajado aún más sus políticas en los últimos meses”.

Los dos días de negociación después del voto del “brexit” los principales índices bursátiles de las economías avanzadas cayeron más de un 5 %.

La libra esterlina se desplomó un 10 % y el dólar se apreció frente a casi todas las divisas, excepto frente al yen, según datos del BPI.

Pero pese a la brusquedad de la reacción inicial, las condiciones del mercado siguieron siendo ordenadas, el volumen de negociación fue alto y las valoraciones se recuperaron.

A ello ha contribuido la respuesta de los bancos centrales anunciando su disposición a proporcionar liquidez y asegurar el buen funcionamiento de los mercados.

A mediados de julio, la mayor parte de los activos había superado los precios de cierre del 23 de junio, según el informe del BPI.

Incluso, el FTSE 100, el selectivo de la Bolsa de Londres, que incluye las empresas británicas con la mayor exposición a la demanda externa, cerró un 5 % por encima del nivel anterior al referéndum, animado por la persistente deprecación de la libra.

El Banco de Inglaterra recortó su tasa rectora el 4 de agosto hasta el 0,25 %, amplió las compras de deuda pública y estableció un nuevo programa de compra de deuda corporativa.

La Reserva Federal (Fed) estadounidense pospuso la normalización de su política monetaria, el Banco Central Europeo (BCE) reafirmó que los tipos de interés seguirán en el nivel actual o más bajos durante un periodo de tiempo prolongado, y el Banco de Japón amplió el 29 de julio su programa de expansión cuantitativa y cualitativa.

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